POR CRISTIANA RAQUEL HERNANDEZ

Jeremías 18:3-4

Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno. Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien.

Que pasaje más poderoso cuando hacemos una retrospectiva de nuestra vida cuando el señor nos rescató y su misericordia fue vaciada en cada una de nosotras.

El fiel de transformar lo débil y dañado en fuerte y valioso para la gloria y honrra de El. Cuando el nos toma el nos dice que el canceló todo decreto del infierno que había sido lanzado en contra nuestra en la Cruz del calvario.

Es por eso que nos tomo como barro en las manos del alfarero para formanos y ser esas vasijas llenas de misericordia, de honrra para así alcanzar a otras que en este momento se encuentran como quizás estuvimos nosotras.

Alguien se paró en la brecha a clamar por nuestra vida para reconocer que es necesario que el alfarero tome el control de todo aquello que está estorbando para poder fluir y cumplir con el propósito de aquel que nos llamó.

Recuerda todo lo que El restaura vale más de lo que tu imaginas. Y es capaz de cambiar toda atmósfera contraria y ponerla a nuestro favor.

Bendiciones!