MATEO 26:39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
¿Qué había dentro de esa copa? La copa estaba llena de todos los pecados más horribles que usted y yo nos podemos imaginar, toda la suciedad, lo podrido de la raza humana, en un solo ser. ¡Cómo el hijo de Dios, puro y santo que nunca había pecado, de repente recibió sobre Él esta enorme suciedad! todos los pecados de la raza humana. Por eso clamó: “…pasa de mí esta copa”.
El dolor del Calvario no fue tanto el sufrimiento físico, aunque fue horrible, lo más doloroso fue cargar con la concentración de la maldad y la suciedad del pecado humano, desde el principio de la misma hasta el fin. Por eso dijo: “Señor, si es posible pasa de mí esta copa.” (Homosexualidad, mentiras, odio, resentimiento, rechazo, maldiciones generacionales, robo, aborto, asesinato, enfermedades, pecados de ocultismo, brujería, masonería, etcétera).