Por MAYRA LAGOS

Proverbios 31:30

La que teme a Jehová

“Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada”

Desde el versículo 10 de Proverbios 31, leemos como el rey lemuel da una descripción de lo que es la mujer virtuosa, la maravillosa mujer de Dios, mujer con cualidades dignas de una sierva del Señor, hasta llegar al versículo 29 pero cuando continuamos leyendo,  el verso 30 nos menciona a una mujer diferente, con cualidades diferentes, haciendo así referencia a una mujer cuya palabra “engañosa” la describe. Según la DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) la palabra engañosa se define como aquella “que induce a creer como verdadero algo que no lo es” esta palabra se usa para designar algo que es falso, fingido. Una ,mujer podría con fingimiento parecer noble, bondadosa, de personalidad impecable, pero su trasfondo es todo lo contrario que tarde o temprano se pondrá al descubierto. En este capítulo de Proverbios podemos leer desde el inicio como una madre le dá la descripción de una mujer perfecta a un hijo, pero de igual manera le dice que no se fie de ella por todo lo que hace o todo lo que presenta puede ser engañoso. Luego le sigue diciendo que la “hermosura es vana” la DRAE dice que el significado de “vana” es algo que no tiene fundamento, que no tiene la utilidad o efecto deseado, falto de la realidad, algo vacío y transitorio. La hermosura de la mujer no es eterna, al pasar de los años se comienzan a observar las huellas de la vida, y el aparecimiento de ciertos rasgos que cubren la hermosura transitoria. Es un total desperdicio el querer gastar nuestro tiempo y nuestras fuerzas en cuidar la belleza exterior que se desgasta diariamente a través de las situaciones adversas que el mundo se empeña en ofrecer, no será más provechoso en cuidar esa belleza interior, esa que se guarda y reposa en el corazón puro y noble de una sierva de Dios, esa es la hermosura que realmente vale; la que al pasar del tiempo en lugar de decaer, va en aumento. Y este versículo termina “la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada”, pero este “temor” es aquel reverente, aquel que lo unico que desea es agradar a su Señor, aquel que no quiere que su “Nombre” (del Señor)  sea vituperado ni por sus acciones, ni por su parecer. El valor más grande en una mujer no son sus cualidades físicas, ni sus actitudes o sus habilidades, sino el maravilloso “temor”, respeto que le tiene a su Dios, y dice el verso; ésa será alabada. Querida mujer hoy la Palabra de Dios nos habla a través del proverbista quien con su dulce manera de halagar a una mujer, también nos dice la verdadera hermosura que Dios espera de tí. Cuida la belleza de tu interior porque esa es la el Señor busca. !!DIOS TE BENDIGA¡¡