Por Jenny Lopez Lowe
“el Señor me dijo: “Dejen ya de andar rondando…” Deuteronomio 2:2-3
Que especial es saber que Dios conoce nuestros pasos, aun mas especial es saber que El es paciente, y que en Su paciencia, y en Su amor para nosotras, nos dice “hasta aquí.”
Es este pasaje el pueblo de Israel había salido de un tiempo muy largo de esclavitud. Tan largo, que todos aquellos descendientes de Jose y Jacob, ya estaban acostumbrados a la seguridad que les daba la opresión. Aun en este estado, levantaron un clamor por liberación. Algo en ellos los había llevado a pedir un cambio, aunque en realidad no se imaginaban a lo que ese cambio los llevaría a enfrentar. En contestación a su clamor, Dios los saca de Egipto. Este exodos, o salida fue un reto para el pueblo de Israel. El pueblo (en su mayoría), al igual que muchas personas, al salir de una situación de opresión, esclavitud, y servidumbre, se encontraba desorientado. Carecían del conocimiento personal de su Dios. En momentos de dificultad, expresaban el deseo de volver a la esclavitud, culpaban a aquel que los guiaba hacia una tierra prometida. Aun en su desesperación, aceptaron tornarse a la idolatría. En medio de tanto vascilamiento en su fe y falta de convicción de que su Dios tenia el control, ellos causaron un retraso de 40 en su travesía por el desierto.
Esta debilidad de carácter y de fe, no es algo desconocido en nuestros tiempos, nosotras tambiên sabemos lo que es dudar cuando las cosas no marchan con facilidad. Cuando nos miramos esforzadas mas de lo esperado para llegar a un objetivo. Conocemos estas experiencias desoladoras, las hemos vivido. Lo mas alentador en todo esto, no se encuentra en nosotros, sino en Su fidelidad, su amor y su misericordia. Dios no interrumpe nuestros procesos, no nos estropea los tiempos de aprendizade o purificación. Al contrario, pacientemente nos acompaña por nuestros desiertos. Y cuando es tiempo, nos dice:
“Dejen ya de andar rondando…” Deuteronomio 2:2-3
Dios nos alerta que el tiempo de la siguiente temporada ha llegado.
Amada amiga, no se cuanto ha durado tu travesía por el “desierto de la incertidumbre”, Pero si se que si ya Dios te esta llevando a tu siguiente temporada, es hora de escuchar directamente de Dios cual es tu identidad, tu postura y tu nuevo proceder. En el desierto, El te encaminò, y te proveyó. Prepárate, pues, en la transición a tu tierra prometida, tu darás a los demás, pagarás por lo que consumas, y conquistarás a tus enemigos. Estas lista? Yo si!
Oremos
Padre Celestial, gracias por que has considerado que mi tiempo ha llegado. No conozco la ruta, o con que sere retada, pero confío que Tú me guiarás, me cuidaras y me revelaras como proceder. Gracias Padre por que no te limitas a mis inseguridades, sino que tu perfección es mi esperanza. En tu nombre Jesus, prosigo a mi proxima temporada. Amen
Gracias por este recordatorio del llamado que Dios nos hace a salir de nuestra zona cómoda y tomar pasos que nos acerquen a El.
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Aixa gracias por tu observacion, si Dios es tan bello. No se olvida de nuestros tiempos.
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