Jeremias 31:3
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
Esta creencia cambió mi vida. Pasé mi niñez y juventud pensando que mis papás (¡y Dios!) me amarían si yo hacía cosas buenas, buenas obras. Por eso – ¡las hice! Tanto quise ser la amada.
Pero dentro de mi ser no me quedaba la certidumbre que era yo amada, tal y como era…tal y como soy. Las palabras y acciones de mi querido esposo más las palabras y acciones de mi querido Señor me cambiaron.
Me di cuenta de que es cierto – ¡soy una hija amada!! ¡Tengo mucho valor! ¿Cuánto vale usted? Cuando ve al espejo, o cuando piensa en si misma, ¿ve a una persona de gran valor? Es cierto… usted es muy importante.
Dios hizo solamente una de usted. La hizo con amor, y por su amor – para mostrar su amor. No importa su pasado (Dios estuvo – lo conoce bien), su cuerpo (Dios lo hizo perfecto – ¡en serio!), sus desabilidades (aun con éstas, Dios tiene planes para usted – y sólo para usted).
No importa lo que digan sus papás y familiares (a veces son voces equivocadas y fuertes). ¡Usted es especial!