Por: Skarleth Dohm
Proverbios 31:10- Reina-Valera 1960
10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
Levítico 19:11 “No hurtaréis, ni engañaréis, ni os mentiréis unos a otros.
Mis hijos(as) aprenden lo que ven y lo que oyen, cuando los reprendemos es usual escuchar frases como:
- Maleducado
- Malcriado
Sin darnos cuenta el regaño es para nosotros mismos, pues somos nosotras las que los educamos y criamos, significa entonces que al anteponer la palabra MALeducado y MALcriado nos estamos calificando a nosotras mismas.
Lo estamos haciendo mal…
Queremos que ellos no mientan nunca, sin embargo en alguna ocasión les hemos dicho a ellos (as):
- Di que no estoy.
- Si preguntan a qué horas regrese, di que hace poco.
- No quiero contestar esa llamada, di que ya estoy dormida.
- Por esta vez te ayudaré le diré a Papá que has salido bien en tus calificaciones.
Las mentiras no tienen color, no existen las blancas las grises ,ni negras, ni tampoco tienen tamaño, no existen las pequeñas, medianas ni grandes. La mentira es sencillamente una mentira.
“Ama a tu prójimo como a ti mismo.” No hay otro mandamiento más importante que éstos.
Marcos 12:31 | RV1960
Común también es que sin pensar en las consecuencias de nuestros comentarios, les decimos a nuestros hijos que no deben discutir, ni buscar pelea en la escuela, mucho menos proferir alguna frase que ofenda a los demás.
Pero con el ejemplo:
- Ashhh ya esta la vecina ahí afuera, no tengo ganas de hablarle, avísame cuando entre para yo salir.
- No te dejes, que si vienes golpeado aquí te esperará otra tunda.
- No quiero que te lleves con esa niña(o) no me gusta su compañía.
El doble discurso siempre nos traerá problemas, y sobretodo marcará sin querer el rumbo equivocado de nuestros hijos.
Proverbios 20:7
El justo anda en su integridad; ¿cuán dichosos son sus hijos después de él!
Y podría seguir enumerando situaciones donde la doble moral destruye en lugar de edificar.
Ayudemos a nuestros hijos a ser íntegros enseñemosle a Pensar, Hablar y Actuar de forma coherente y veremos frutos abundantes y lozanos.
Oración:
Padre Celestial te agradezco por haberme permitido ser madre, ayúdame a educarlos basándome en tus principios y enseñanzas.
Que mi guía siempre sea tú ejemplo y tu palabra.
Que esta misión tan importante de ser madre la cumpla con amor y firmeza.
Perdona mis desaciertos involuntarios y te prometo corregirlos con amor.
Todo esto te lo pedimos en el nombre del Padre del hijo y del espíritu santo.
Amén.