Por Tomasa Rivera
Texto bíblico: 1 Corintios 15:57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo
INTRODUCCIÓN
Al momento de dar gracias a Dios debemos tener en cuenta todo lo que Él ha hecho a lo largo de nuestra vida y lo podemos disfrutar a diario. Los humanos siempre estamos pensando en las cosas materiales. Todo eso es parte de las bendiciones que Dios nos regala, pero existen otras cosas en lo que no estan común pensar, en esta ocasión mencionaremos tres razones por las cuales dar gracias a Dios.
- TENEMOS VIDA
“Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” Salmos 139:16. La vida es el regalo de Dios, si analizamos como desde el vientre el humano se empieza a formar, entendemos que solo el poder de Dios puede lograr eso y aunque para parte de la humanidad la vida ha perdido el valor, rompiendo el mandamiento de no mataras, o desvalorizándola de diversas maneras. Para los que entendemos el inmenso valor de la vida sabemos que solo Dios puede darla y quitarla. Al pensar en cuantas personas pierden su vida a diario tenemos que sentirnos afortunados y dar gracias, porque Dios conserva la nuestra y no nada más a cuidado de ella, sino que también ha dado sentido a nuestro existir.
- TENEMOS UNA FAMILIA
La familia es una bendición dada por Dios. La biblia dice: “herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre” Salmos 127:3. Tanto los hijos para los padres, como los padres para los hijos, son una bendición. Los seres humanos necesitamos sentirnos seguros en un hogar, desde pequeños necesitamos el cuidado y protección. La familia es la base de la sociedad todos la necesitamos para un adecuado desarrollo humano, quien la tiene esta bendecido por Dios. ¿Pero cuándo manifestamos estar agradecidos por ello?
- a) Cuando cuidamos lo que Dios nos ha dado.
Cuando valoramos y cuidamos lo que Dios nos ha dado nos constituimos en buenos mayordomos. Los padres velan por el bien estar de su familia, cuidando de los hijos, pero también manifiestan agradecimiento con Dios cuidado de sus respectivas parejas. Independientemente con quien vivas, honras a Dios dando un adecuado trato a las personas que Dios ha puesto a tu alrededor a quienes has llegado a considerar tu familia.
- b) Cuando honramos a nuestro padres
“Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al señor”. Colosenses 3:20
No nada más los padres tienen el deber de cuidar sus hijos, sino también los hijos obedeced y cuidar a sus padres. Nuestra familia es una bendición, por lo tanto debemos dar el trato que Dios espera que demos, a través de esto manifestamos estar agradecidos con Dios.
III. TENEMOS UNA FAMILIA EN LA FE
No únicamente tenemos la oportunidad de tener una familia en carne, sino que tenemos el privilegio de tener una familia espiritual, la cual obtenemos inmediatamente después de aceptar a Jesucristo como nuestro salvador, formamos parte de la familia de Dios. Jesús en una ocasión extendiendo su mano hacia sus discípulos, les dijo: Éstos son mi madre y mis hermanos, pues todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre. Mateo 12:49-50. Haciendo referencia que todos aquellos que han creído en él se convierten en nuestros hermanos.
Si pensamos en que la iglesia ha sido un lugar en el que hemos aprendido y madurado nuestra fe, este lugar con el tiempo se ha llegado a convertir en nuestro segundo hogar, en el que hemos encontrado refugio. Como podríamos dejar de dar gracias a Dios si nos ha regalado una nueva familia con la que hemos compartido nuestro crecimiento espiritual y ha aportado tanto a nuestro crecimiento personal.
ORACIÓN
Señor le damos gracias por su amor, por la vida que nos has regalado, gracias por nuestra valiosa familia, por nuestra familia espiritual, gracias por la sierva que has puesto para cuidarnos junto a nuestra familia, por esa cobertura que a diario recibimos, por sus enseñanzas, damos gracias por su vida, en el nombre de Jesús, Amen.