Por Ericka Lazo
Efesios 3:14-21
Han sido tantas las ocasiones en las que me he preguntado, si Dios me ama aún cuando muchas veces me transformo como el famoso Dr. Merengue de los dibujos animados de mi país Honduras, en donde digo cosas sin pensar y que no quiero decir y de las que sé me arrepentiré más temprano que tarde, en las que me disgusto y el orgullo me detiene para decir un lo siento, cuando el enojo por las travesuras de mis hijos me roba la bendición de bendecirlos en sus camas antes de dormir; es ahí donde yo me pregunto, “ me seguirá amando Dios aun cuando sabe como soy?”.-
A medida de que he conocido más al Señor me intriga el poder entender cómo es el corazón de Dios hacia sus hijos y muchas veces yo llegué a pensar de que así como eran mis padres terrenales, era Dios; orgullosos cuando hacía algo bueno pero decepcionados si llegaba a fallarles, como cuando en una entrega de notas en la primaria les informaron de que yo había pedido en la cafetería un refresco a nombre de una maestra como que ella me había enviado, sabiendo que en realidad era para mí y me descubrieron. Y aunque ahora que soy adulta lo recuerdo con jocosidad y risa, la verdad es que mis padres ese día se avergonzaron mucho de mí.
Su palabra me da la respuesta sobre la interrogante que hice al inicio de esta meditación, cuando en su palabra en el versículo 18 capítulo 3 de la carta de Pablo a los Efesios, Pablo nos dice que cuando habite Cristo por Fe en nuestros corazones podamos ser plenamente capaces de comprender cómo es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Dios que excede todo conocimiento y así podamos ser llenos de toda la plenitud de Dios.-
Ahora puedo entender y vivir plenamente sabiendo de que mi vida le pertenece a un Dios que me ama a pesar de mi misma.-
Oración
Señor Jesús te pido que por medio de tu amor reveles al corazón de todas esas mujeres que viven sumidas en la culpa y el desprecio por causa de aquellos que por medio de mentiras les han hecho creer que nadie puede amarlas quizás por los errores cometidos en su pasado o por el estilo de vida de pecado en el que puedan estar viviendo en el presente, que puedan conocer el amor de ese Ser que sin juzgar nos perdona, abraza y ama tal como somos, porque sabe en quienes podemos convertirnos si le damos a Él la oportunidad de entrar a nuestras vidas.-