Nombre: Karen Medina
Fecha: 27 de mayo del 2018
Versículo Bíblico: San Juan 4:4-12 4
Y le era necesario pasar por Samaria. 5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. 7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. 8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. 9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. 10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. 11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? 12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Allí Jesús coincide con alguien muy distinto a él. Él era hombre, ella mujer. Él era judío, ella samaritana. Ella era religiosa, él era el Hijo de Dios. Ella no lo conocía, pero él sabía todo de ella. Ella estaba perdida, él era el Salvador. Que interesante intervención de Jesús con esta mujer que podría ser cualquiera de nosotras, donde realiza una conversación trivial y pasajera pero con profundidad y hacer ver la necesidad de ir al pozo con el ¿Para qué? Para que nos dé del agua para vida eterna, situación que algunas mujeres aun de reino no comprendido que es necesario reconocer no tanto lo que era la samaritana sino el quitarnos la careta o mascara de la religiosidad e ir cada día al pozo y que revele lo que hay oculto para así tomar del agua que salta para VIDA ETERNA. Oración: Amantísimo Padre celestial que estas en Gloria, cada día a ser mejores seres humanos, llevándonos al pozo cada día para ver nuestra humanidad y la necesidad de ti que tenemos, ayúdanos a menguar para que tu crezcas en nuestras vidas, quita toda religiosidad que impida reconocer que necesitamos de esa agua viva que solo tú la das, en tu nombre JESUS, AMEN