Cita Bíblica: Efesios 4:23-24
Ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia.
Tu actitud lo es todo. La razón por la cual tres mujeres pueden ir a la misma fiesta y volver a sus hogares con percepciones totalmente diferentes de esa experiencia, es en gran parte debido a una cuestión de actitud. ¡Una la pasó de maravillas, la otra abrió su corazón y la tercera consideró que todo el asunto fue bochornoso!
El sentirte bien luego de escuchar un sermón, o irte a tu casa con la sensación de que no aprendiste nada, también se debe en gran parte a lo que tus oídos están dispuestos a recibir…Actitud.
Una mujer de gran valor es aquella que tiene una mirada positiva del mundo y está dispuesta para bendecir a quienes la rodean. Una mujer de valor ha modificado su modo de pensar, no centrándose en sí misma, sus necesidades y opiniones, sino abriendo su corazón a todo lo posible. Aun cuando lo posible se encuentra muy distante, ella sabe que su actitud hace la diferencia al transitar este posible largo camino. Cuando cambias tu manera de pensar, te conviertes en una persona nueva.
Norman Vincent Peale nos recuerda: “Cambia tus pensamientos, y cambiará tu mundo”. La mayoría de nosotras no examinamos el por qué pensamos del modo en que lo hacemos, y a veces ni siquiera pensamos antes de responder. Adoptar las actitudes de otro, vale la pena si vives en una familia o cultura que lo requiera, pero aun así, tu experiencia personal en todo lo que es la vida te invita a rever tus pensamientos y determinar tu curso.
Si permites que el Espíritu te ayude a moldear tus pensamientos y actitudes, verás al mundo desde un punto de vista totalmente nuevo.
La actitud de Dios hacia nosotros, muchas de las veces a pesar nuestro, es de amor. ¿Puede, entonces, ser diferente nuestra actitud hacia los demás? Una mujer de valor tiene una actitud de amor.