Meditación bíblica (crédito extra)
Fecha: 18/5/2018
Versículo bíblico: I Juan 3.20
En cualquier cosa en que nuestro corazón nos condene porque Dios es mayor que nuestro corazón y sabe todas las cosas.
Superar rupturas amorosas
Si alguna vez has estado enamorado(a), entonces has podido conocer una de las sensaciones más maravillosas que existen en la vida. En ocasiones pregunto a las personas cree que es bueno o es malo enamorarse, a lo que generalmente responden positivamente. Luego, yo suelo afirmar, “Pues fíjense que no. Enamorarse no es bueno… ¡es buenísimo!”
Si has tenido que experimentar la desilusión de (lo que en esta ocasión llamaré) un “amor imposible”, entonces has cargado con uno de los conflictos emocionales más complicados que existe. He tenido la oportunidad de platicar con muchos jóvenes y señoritas que se encuentran en una relación “equivocada”, o sencillamente “enamorados de la persona incorrecta”, y no saben cómo lidiar con el asunto (y te confieso algo… he pasado por allí; sé que no es fácil).
Quizás sea un muchacho que ha sido rechazado por su novia; o una señorita cuyo novio es abusivo con ella, o tal vez alguien que está enamorado de una persona comprometida. En estos, y tantos casos más, suelo escuchar de ellos “yo sé que no está bien” o “entiendo que debemos terminar” aunque luego agregan la frase que complica toda su existencia “¡pero estoy enamorado de ella!”, o bien “¡pero no puedo dejar de quererlo!”. Siento, luego existo.
A veces, nuestras emociones pueden ser muy fuertes, y permitimos que dominen incluso nuestros pensamientos o nuestra conducta, al extremo de hacer cosas que luego nos darían mucha pena O tal vez después nos sentimos mal por las decisiones que hemos tomado o actitudes que hemos tenido
En ocasiones, los sentimientos son tan reales, que no sabemos cómo controlarlos, o cómo librarnos de ellos. Entendemos lo que debemos hacer, pero no lo logramos porque nuestro corazón nos dice lo contrario.
YA NO INTENTES OLVIDAR; PIENSA MEJOR EN ALGO MÁS
Dios anhela que todas tus relaciones le glorifiquen, que puedas disfrutarlas siempre al máximo. Lo mejor es pues nunca comenzar algo que algún día tendrás que terminar. No obstante, si debes vivir el dolor de des-enamorarte, que esto sea una escuela que forme tu carácter, que te lleve a la madurez, y que te prepare para hacer las cosas bien. “tenemos que aprender a pagar el precio de la disciplina o a pagar el precio del remordimiento”.
Y aprendo a soltar: suelto lo que me duele lo que me molesta lo que me daña dejo entrar a Jesús en mi vida que la repare, que la restaure y que él mede su amor para amar con el amor de Dios.
Y Dios cambiara nuestro corazón dañado y pondrán uno restaurado.