Por Lidia Marina Navas
Jeremías 17:8
Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto».
Sabemos que hay tiempos difíciles aun cuando estamos meditando la palabra, hay pensamientos donde estamos en medio de encrucijadas que no podemos avanzar y sentimos que no hay un rema fuerte para poder quitar los obstáculos que abaten nuestra vida.
Pero es ahí donde tomamos la autoridad que somos arboles bien plantados con raíces profundas y aunque vengan tempestades, sequedad vamos a permanecer impregnados del amor de Jesús y eso nos da vida para que nuestras ramos y nuestras hojas permanezcan verdes y lo más bello es que en medio del lloro empiezan a brotar los frutos de amor para dar a los demás y saciarlos de la sequía.
Porque solo la fuente de Dios es la que nutre en medio del calor y me doy cuenta si estoy con él nunca dejare de dar fruto en abundancia para compartir con los necesitados en los tempos malos.
Bendiciones