(Job 22:28)
¿Sabías que tienes tu propio “charlatán interior”? Es el encargado de abrir y cerrar la “puerta” a la mayoría de tus temores. Es la “vocecita” del pesimismo y de la fatalidad que dice algo así: `Me encantaría tener una relación mejor, pero si yo doy el primer paso y no soy correspondido, me sentiré rechazado’, o: `Me gustaría continuar mis estudios, pero si me apunto a las clases y no consigo seguirlas bien, me sentiré fracasado’. Frases como éstas se convierten en una profecía de auto-cumplimiento. Hasta que no sustituyas tu auto-discurso negativo por un discurso lleno de fe, siempre vivirás atemorizado.
Lo sorprendente es que a veces quizás no sientas que crees las Escrituras específicas sobre las que te apoyas. No pasa nada; tu ser interior absorbe los nutrientes y actúa en consecuencia. Por lo tanto, adelante
Tu mente es la “placenta” de tu espíritu; ella nutre cada “semilla” que siembras hasta el momento del parto. Así que, si no quieres el fruto final de ciertas “semillas”, tienes que cuidarte, y dejar de sembrarlas, o dejar de alimentarlas. El primer paso para romper el control del miedo es reconocer el auto-discurso que te metió en problemas para empezar. ¿Es eso fácil de hacer? No; requiere estar atento, ser consciente de ti mismo, disciplina y reprogramación bíblica. Pero al cambiar tus pensamientos, empezarás a cambiar tu vida entera.