POR IZELA LEIVA
Esta mañana venía a mi mente la palabra RESTAURAR, hizo rema a cada momento, pensando en muchas cosas del pasado que tuve que experimentar unas dolorosas y otras mucho más que agrietaron mi corazón. Sin embargo, sentí consuelo al escuchar esta palabra en mi alma ya que verdaderamente Dios ha restaurado muchas áreas golpeadas de mi vida. Si analizamos el significado del verbo transitivo Restaurar es: arreglar los desperfectos de una obra de arte, un edificio u otra cosa. Es un verbo transitivo porque “se pasa o se transfiere de uno a otro.”; significa que Dios al restaurar nuestro corazón, arregla los desperfectos de su mayor obra de arte: NOSOTROS MISMOS. El nos transfiere la restauración y la deposita en seres imperfectos por amor a su hijo Jesús, quién murió en la cruz del calvario para perdonar nuestros pecados.
Dios ha sido tan bueno con cada uno de nosotros, que aún sin merecerlo, hace cosas grandiosas en el caminar, nos guarda de la muerte, nos protege de catástrofes, permite ciertas circunstancias difíciles para crecer, madurar y reconocer los errores que cometemos. Algo que tengo muy claro, es que Dios es un caballero, él no podrá iniciar ese trabajo importante en tu vida sin que tú permitas que lo haga. El nos ha dado el libre albedrío, podemos escoger entre el bien y el mal. “Deuteronomio 30:19 Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.” Lo importante en este proceso es darse cuenta que ese tiempo de restauración tendrá un gran impacto positivo en nuestras vidas y como resultado también en quienes estén a nuestro alrededor.
La Biblia tiene un ejemplo claro de restauración, esto sucedió con el Rey Nabucodonosor (lea Daniel 4). Este Rey gobernaba su reino con soberbia, grandeza, su propia fuerza de poder, no tenía clemencia ni misericordia con los pobres. Dios en su infinita misericordia, le dio sueños y visiones para que pudiera cambiar su corazón; el no aceptar que existía y existe un solo Dios, desvió su atención en hombres adivinos, magos, astrólogos, entre otros para que interpretaran lo que había soñado, sin embargo, no pudieron explicar lo que significada. Finalmente intentó buscar respuesta a través de un hombre de Dios, el Profeta Daniel, quién describió detalladamente el significado de sus visiones y sueños; aconsejándole que fuera obediente al mensaje que Dios mandaba, que dejara de pecar y que hiciera justicia con los pobres de su reinado. Su soberbia y ceguera espiritual no permitieron que actuara de inmediato y tuvo que vivir condenado a la miseria, ya que su reino le fue quitado, pagando las consecuencias de sus actos y desobediencia. Tuvo que pasar el tiempo predestinado para que tomara conciencia y se pusiera a cuentas con Dios, reconociera que sin el poder de Dios no somos nada y que todo se lo debemos a El. Fue entonces que el Rey Nabucodonosor dijo: “Daniel 4:36-37 En el mismo tiempo mi sentido me fue vuelto, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis grandes me buscaron; y fui restituido a mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos juicio; y humillar puede a los que andan con soberbia.” (Enfasis añadido)
Te regalo los pasos del proceso para ser restaurados:
- Reconocer que existe un verdadero DIOS
- Prestar atención a los llamados que Dios nos hace para ser transformados.
- Congregarnos, buscar su presencia, aceptar consejos, leer La Biblia
- Arrepentimiento genuino
- Restauración de tu vida
Es tiempo que comiences a abrir tu alma, mente y corazón, para que la restauración divina se ejecute y se cumpla sobre tu vida. Dios te ama y quiere verte restaurado completamente. No sigas pensando para comenzar tu proceso de restauración, no le des largas al asunto. Después de permitir que Dios moldee tu caminar, estarás listo para lograr lo que siempre has soñado ser: UNA PERSONA DIFERENTE, RESTAURADA PARA VIVIR. Dios no anda buscando gente perfecta, sino corazones dispuestos a ser restaurados. ¿Estás dispuesto a entrar al taller del maestro?
Recuerda siempre regalar Una Sonrisa del Corazón.
Bendiciones, tu amiga Izela Leiva López, Tegucigalpa, Honduras