Por Yaneth Amador
5 Mayo 2018
Génesis 16: 1-7
Aquí tenemos un cuadro de experiencias amargas, personas que estaban bien y de un momento a otro todo les cambio, a una de ellas le vino a la mente una “Idea Grande”, ella dijo, así que arreglare mi problema, decisión propia que el afecto y afecto a otros.
En primer lugar tenemos a:
Sarai, se amargó por una decisión que ella tomó, ella creyó estar haciendo lo correcto, y al ver que no la beneficio, culpo a su esposo y su ira la descargo en su esclava Agar.
En segundo lugar tenemos a:
Agar que si bien es cierto, obedecía a su ama, al allegarse a Abraham, no se puede justificar por la decisión que tomó para dejar que el enemigo sembrará en ella una semilla de orgullo y arrogancia. esto le trajo sin duda amargura como a sarai.
En tercer lugar tenemos a:
Abraham la amargura de estas dos mujeres llegó a él también, tenía poco carácter y poca fe a la promesa del Señor en cuanto al hijo de la promesa.
Reflexión:
Si alguien te roba la paz por que asi tu lo decidiste dejame decirte no te amargues, el error que cometiste fue de utilidad, aprende a consultar al Señor en todo. Enfrenta tus problemas, no tomes rumbos equivocados, el único que le puede dar la dirección correcta a tu vida es Jesús, cuentas con la ayuda del Espíritu Santo. Aférrate a las promesas del Señor, confía en él, Dios no va a desperdiciar nada, El es experto en sacar cosas buenas de lo que tú ves amargas o de aquellas cosas que piensas que no debieron venir a tu vida, deja que las experiencias amargas hagan de ti una mujer de carácter.
¡Recuerda tus experiencias amargas, también cuentan!
Oracion
Amado Señor tu eres El Dios de los tiempos, tu conoces el corazón de cada mujer que hoy te busca, las mujeres que en sus vidas han pasado procesos amargos, donde han experimentado el dolor y la impotencia de no poder arreglar algo que se salio de sus manos por ello Señor, que te pido que ordenen sus vidas, que hagas sendas donde no las hay, usa esos momentos amargos y conviertelos en frutos dignos, para dar a conocer tu poderío y majestad.
Las bendigo y el declaro que tus promesas se cumplen, que sus ojos no se han cerrar sin ver tu gloria en esplendor en sus vidas y en la de sus familias
Amén.