Cuántas veces hemos sentido nuestro corazón moviéndose al ritmo de un festival de sentimientos? haciéndonos preguntas como: será el o la apropiado(a)? me amará como yo necesito que me ame? Me aceptará tal y como soy? Tendrá mis mismos gustos, sueños o pensamientos? … me imagino que en más de alguna ocasión te sucedió esto, no es raro que nos suceda somos seremos humanos y tendemos a sentir con el corazón muchos sentimientos que afloran día a día, con el pasar de los años y sobre todo con el tiempo que vayamos caminando en la vida.
Muchas veces, ponemos en manos de otras personas nuestro corazón, que sin duda alguna, tratamos de dar lo mejor de sí, sin esperar nada a cambio, entregándonos por completo a dar todo por hacer feliz a ese otro corazón que quizás nunca había recibido un sincero y verdadero cariño…pero sucede que este sentimiento no es recíproco, no recibes lo que esperas, no te corresponden cómo quisieras y…se repite la historia!…pasa lo que muchas veces: te logran romper el corazón en mil pedazos, que crees que nunca vas a poder unir todas esas piezas rotas que caen una a una, sin esperanza ni deseos de continuar el camino.
Has vivido esto alguna vez o más de una vez? Es posible…somos personas de carne y hueso, expuestas a sentir alguna vez sabor amargo, este sabor que no es muy agradable en nuestro paladar interior, pero que de alguna forma te ayuda a crecer y fortalecerte. Muchas veces andamos por el mundo recorriendo un camino sin sentido ni esperanza, cuando estamos fuera del camino de alguien que nos dio la vida, sabiendo que tenía un propósito marcado desde el momento de nuestra concepción, que ha creído a ojos cerrados en nosotros, ese es DIOS, quién te amó desde antes de nacer, quién te extiende su mano de poder cada vez que lo necesitas.
Sabes, El ha sido tan perfecto en sus decisiones para con nosotros que muchas veces no entendemos sus pensamientos; esta frase trae a mi mente, un hermoso versículo de la Santa Biblia que nos dice: en Jeremías 29:11 “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. NVI“. En esta promesa me ha aferrado, sabiendo que El tiene mejores planes para mí, planes de bien y no de mal, porque seguro que quiere darme un mejor futuro y esperanza.
Si tú has tenido una experiencia sentimental muy difícil, que ha matado tus ilusiones, tus sueños o ha dañado tu autoestima, te puedo decir con convicción, “Dios quiere darte lo mejor“, si te ha quitado algo es porque simplemente no te conviene y no es para tí. Te invito a que este festival de sentimientos que has tenido en tu corazón, ese acumulamiento de pensamientos de tristeza, depresiones o desesperanza, la conviertas en un FESTIVAL DE AMOR CON DIOS, ese Dios que puede llenar ese vacío, convertir esas inseguridades en seguridad, volver tus tristezas en alegrías, convertir tu amargura en felicidad, revivir todos esos sueños que han estado dormidos añorando que tú los hagas realidad dando ese paso seguro que muchas personas a tu alrededor están esperando.
Que tu primer amor, vuelva a tu corazón, ese amor incondicional que nunca falla, nunca engaña y jamás deja de ser, quién te impulsa a volar tan alto como las águilas a lugares donde tú ni siquiera sabes que llegarás. Solo determínate a enamorar de ese ser sobrenatural que vivirá contigo todos los días de tu vida. Date la oportunidad de encontrar ese verdadero amor: DIOS! Y lo demás vendrá por añadidura, que incluye encontrar a ese ser que te ame, te valore, te respete, te impulse, te apoye, te bendiga y te haga la persona más feliz sobre el planeta. Esta es tu oportunidad, nuevos tiempos vienen para tu vida, solo debes creerlo y esperar pacientemente el tiempo perfecto de Dios. #UnaSonrisadelCorazón Por Izela Leiva López. Tegucigalpa, Honduras