Por: María Elena Carías Garcia
Lucas 8:43-48
Cuanto tiempo estamos dispuestas a luchar con un problema, con una enfermedad? a veces no resistimos ni un día con un pequeño dolor y creemos que Dios no nos escucha porque tenemos unos pocos días de orar por una necesidad y no recibimos respuesta; que haríamos en el caso de esta mujer? cómo nos sentiríamos si padecieramos de un flujo de sangre por doce años? no es difícil imaginarnos la condición de esta mujer: débil, delgada, seguramente anémica y al mismo tiempo, sin dinero para continuar un tratamiento.
Qué pasaría si nos detectan una enfermedad incurable y gastamos todo nuestro dinero y posesiones para curarnos y no pasa nada? nos desanimaríamos o tendríamos esperanza que Dios va a responder? no importa el tiempo que haya que esperar, debemos creer en las promesas de Dios; esta mujer creyó que con tocar las ropas de Jesús iba a ser salva y fue tal el tamaño de su fe, que recibió su milagro.
Lo más hermoso de este pasaje, es que Jesús sintió el poder que salió de Él , percibió la fuerza de la fe de esta mujer y quiso saber quién fue objeto del milagro, no debemos tener miedo de sentir en nuestra vida el poder sanador de Dios, debemos luchar por nuestras bendiciones y milagros que Dios tiene para nosotras.
No importa los problemas o dificultades que tengamos, lo importante es que no desmayemos en nuestra fe y esperanza de que Dios es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones y que una vez que nos disponemos a entablar una relación con El, su poder se manifestará en nuestras vidas.
Oración
Señor, te pido que desarrolles en nosotros la paciencia para esperar en tí, que nos ayudes a entender que tu tiempo, no es el nuestro y que nos ayudes a no desmayar, sino perseverar en ti a pesar de las adversidades. Amen