Primer Gran Mandamiento

Por Karynna Zeron

 

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¿Sabes cuál es el primer y gran mandamiento?,

 

 

 

Tanto en el antiguo testamento como en el nuevo encontraremos este mandamiento.

 

 

Dios nos dejó un deber el cual debemos de cumplir, y es el de amarlo.

 

“Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.”

Deuteronomio 6.5

“Y Él le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y

con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento.”

Mateo 22.37,38.

Dios es un Dios de amor, y lo único que nos pide es que lo amemos, en su palabra

también nos dice que es el amor en Corintios 13 “El amor es sufrido, es benigno; el

amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada

indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia,

más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El

amor nunca deja de ser;” por lo que, si lo amaramos a él, siendo el amor auténtico del

que nos habla Corintios este mundo sería diferentes, seriamos mujeres que

marcaremos la diferencia, porque amando a Dios amamos al prójimo y nuestro ver

sería distinto ya que en primer lugar estaría Dios y en segundo el prójimo, pero para

que esto llegara a ser así debemos amar a Dios con todo el corazón, alma, fuerzas y

mente.

Corazón: Órgano central del aparato circulatorio, situado en el interior de la cavidad

torácica, encargado de impulsar la sangre a través del sistema vascular.

El cerebro es el responsable de las emociones, pero el corazón es el que envía las

señales emocionales e intuitivas al cerebro. Las emociones están instantáneamente

conectadas al ritmo del corazón, que se altera enseguida con cualquier emoción. Tú te

enamoras, sientes mariposas en el estómago, te late más rápido el corazón, dices que

 

el corazón se te quiere salir y te falta el aire. Pero la lista de síntomas empieza en el

corazón, el iniciador, el que envía el mensaje para que el cerebro envía mensajes al

resto del cuerpo (como los nervios, por ejemplo). es por eso que también Dios te dice

que lo ames con toda tu mente.

Alma: Principio espiritual que informa el cuerpo humano y con él constituye la esencia

del hombre.

Nosotros, los creyentes, estamos convencidos de que el alma es inmortal. una vez que

fallecemos o morimos, el cuerpo desaparece, el alma continúa consciente en las

moradas del Padre Dios. Así como lo dice la Biblia. Apocalipsis 6:9 dice que el apóstol

Juan vio en la eternidad “las almas de los que habían sido muertos”.

Podríamos interpretar que “te quiero con todo mi corazón”, estamos diciendo que

quiero el tiempo que duren nuestras vidas en la tierra. y cuando decimos, “te quiero

con toda mi alma”, estamos diciendo te querré en esta vida y en la otra, en la tierra y

en el cielo. esto podríamos respaldarlo con lo que nos dice la Biblia donde se afirma la

primacía del alma sobre el corazón cuando de amor se trata. así fue el caso de

Siquem y Dina (Génesis 34) “su alma se apegó a Dina y se enamoró de la joven”.

Siquem se enamoró de Dina con el alma, no con el corazón. y en el libro de Números,

capítulo 30, Moisés da instrucciones al pueblo judío sobre la ley de los votos. En ella,

las parejas habían de comprometerse mutuamente con el alma, no con el corazón.

En la literatura universal, el libro más antiguo que existe sobre el amor es el Cantar de

los Cantares, atribuido a Salomón, es el más bello poema de amor, aquí se insiste en

que amamos con el alma, no con el corazón. varios versículos:

1:7: “Hazme saber, oh tú a quién ama mi alma”.

3:1-4: “Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma”.

“Buscaré al que ama mi alma”.

“¿Habéis visto al que ama mi alma”?

“Hallé luego al que ama mi alma”.

Entonces podemos concluir que Dios quiere nuestro amor aquí y en la eternidad,

porque Él así nos ha amado, nos ama y así nos amará, Él es Eterno, Principio y Fin, El

pensó en ti y en mi desde antes de fundar esta tierra, así como lo dice Efesios 1.4-5

“según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y

sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí

mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad,”

Hoy más que nunca, estoy agradecida con Dios por haberme bendecido con un padre

excepcional (QDDG) un hombre que amo a Dios y me enseñó a cumplir con ese gran

mandamiento, y por ese gran amor a Dios, nos pudo amar a nosotros, nunca olvidaré

sus hermosas palabras:

HIJA TE AMO TODOS LOS NÚMEROS…

Los números son infinitos no tienen fin, como el alma.

Fuerzas: Estas fuerzas, la cual queremos enfatizar es la que se refiere a la dedicación

en aquello que debemos ser y en lo que debemos hacer, ser genuinos, verdaderos,

aplicados, esmerados, entregados a nuestro Dios, consagrados siempre a Él, así

como su palabra lo dice en Eclesiastés 9:10 “Todo lo que tu mano halle para hacer,

hazlo según tus fuerzas…”  Con el tiempo, somos testigos de su compasión,

misericordia, gracia y amor por nosotros, así como su odio por el pecado, su santidad

y su justicia. No podemos amar a alguien que no conocemos, por lo tanto, conocer a

Dios debe ser nuestra primera prioridad, al caminar con Él conoceremos su fidelidad,

en tiempos de luchas y pruebas que crece cada día más un profundo amor por Dios.

Aquellos que buscan a Dios y su justicia, que toman en serio el mandato de amarlo

sobre todas las cosas, son aquellos que están apasionados por las cosas de Él,

deseosos por estudiar la palabra de Dios, por orar, por obedecer y honrar a Dios en

 

todas las cosas, y deseosos de hablar de Jesucristo con otros.

Oracion

Señor Jesús en este día te damos gracias por tu infinito amor, por amarnos desde antes de crear este mundo, por tu fidelidad, por enseñarnos a como debemos amarte, hoy te pedimos que nos ayudes a poder cumplir tu palabra, a poder cumplir con el gran mandamiento, queremos amarte con nuestro corazón, con nuestra alma, nuestras fuerzas y mente, toma el control de nuestros pensamientos, a que nos podamos enamorar de ti.

Amen.