Por Sonia Carbajal
“Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas.” Eclesiástes 11:5
La Biblia dice que todos tenemos una medida de fe que nos fue dada. Por tanto, nadie puede decir que no tiene fe. Todo cristiano en el mundo tiene fe, pero, aunque tenemos esa medida de fe dentro de nosotros, necesitamos desarrollarla a la luz de la Palabra de Dios para que crezca y se fortalezca.
En ocasiones cuando estamos esperando la respuesta
a nuestras oraciones, o que cambie algún problema, o que sean suplidas nuestras necesidades, y no vemos resultados, tenemos la tendencia a pensar que no tenemos fe.
Nos enojamos con Dios, murmuramos, nos deprimimos y dejamos de orar porque pensamos ¿para qué? si al final Dios hace lo que quiere y no se importa de lo que yo estoy pasando.
Esta conducta no es muestra de no tener fe, es muestra de que la fe se ha desarrollado equivocadamente. La fe no se ha establecido en la Palabra, si no que se ha desarrollado oyendo las mentiras del diablo. Cuando usted duda que Dios está obrando en su necesidad, problema o situación esto también es fe, pero fe en la incredulidad y la duda, no fe en Dios.
La fe puede crecer tanto positivamente creyendo las promesas de Dios,
como negativamente creyendo las mentiras del diablo. Usted recibe de acuerdo a donde usted haya puesto su fe. Por esta causa Jesús dijo: De acuerdo a tu fe será hecho. (Mateo 9:29)
Aunque no veamos nada, y el silencio de parte de Dios nos aterre, debemos de confiar. Tenemos que aprender que nuestro Dios es un Dios bueno, que oye nuestras oraciones siempre. Dios puede demorar en contestarnos, pero nunca va a negarnos la respuesta. Una oración demorada, no quiere decir que es una oración denegada.
El no entender lo que está pasando no quiere decir que Dios este indiferente a nuestro pedido. Dios es sabio, Sus caminos son más altos que nuestros caminos, Él sabe lo que es mejor para nosotros, y él conoce el mejor tiempo para que recibamos la respuesta a nuestras peticiones.
Querida hermana, no te desalientes, tus oraciones han sido escuchadas. Así como tú no entiendes muchas cosas por lo limitado de nuestra mente humana, tampoco puedes entender lo que Dios hace, y por qué se ha demorado tu respuesta.
No temas, ten fe, Dios está en control, y la respuesta llegará y te sorprenderás, porque será más abundante de lo que tú habías pedido. (Efesios 3:20)
Oremos
Padre celestial, reconozco que en muchas ocasiones he dirigido equivocadamente mi fe, he desviado mi mirada hacia otros lugares, te pido perdón por no confiar en tu palabra y esperar en tu tiempo, te pido que me ayudes a dirigir mis pasos conforme a tu voluntad y así obtener tu bendición y tu cuidado.
¡Amén!