2 REYES4:1-7.
A través de todos los tiempos ha sido un flagelo, la escases, las deudas y un sin número de cosas que entristecen el corazón. Esta mujer pasaba por un tiempo muy difícil y doloroso.
Como enseña la palabra había perdido su esposo, y está a punto de perder a sus hijos, ya que su esposo la dejo en una situación lamentable con deudas y los acreedores no perdían, al no tener cosas de valor buscaban como beneficiarse y no perder.
Qué situación tan dolorosa la de ella, le querían quitar lo único que tenia, sus hijos.
2 REYES 4:3. Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías no pocas.
La lógica no trabaja ante esta necesidad, era una viuda que no tenía el respaldo humano, su mente buscaba salida a su problema. Posiblemente pensaba: ¿pero para que quiere vasijas vacías, y en que me ´puede ayudar esto?
Pero esta mujer le creyó a Dios y obedecer fue lo que le dio la bendición. Dios conocía su problema, su dolor y el miedo de perder a sus hijos, y como él tiene memoria de todo le envió su respaldo a través del profeta.
El sigue siendo el mismo ayer hoy y por los siglos, y conoce todas las necesidades, él cuida de ti, de tu viudez, o talves seas una madre soltera y solo tú trabajas para sostener a tus hijos y sientes que es muy difícil. Pero yo te digo: acércate a él confiadamente y él hará cosas grandes en ti y tus hijos.
Ya no estás sola, él es tu hacedor, también es tu marido, con responsabilidad de protegerte, de darte soluciones; tan solo cree para que pueda ser posible tu milagro.
La primer vasija que llenara serás tú, atreves de su hijo amado Jesucristo y su divino espíritu llenara tú vida y le dará color; ya no serás señalada, acusada o aislada porque él está contigo.
A través del Señor Jesús a prometido auxiliarte, el soplo de la alegría de su espíritu vendrá a ti. Él te sostendrá de toda hambruna a ti y a tus hijos. Él saciara toda hambruna, puede ser de salud o tristeza por diferentes situaciones.
Esta mujer busco al siervo de Dios, había visto los milagros que Dios hacia través de Eliseo a un sin conocerle no se refugió en sus vecinos, ni sus parientes, sino en el Dios todo poderoso.
ORACIÓN:
Amado Padre muchas gracias por ese cuidado tan especial para con las viudas, las mujeres desvalidas, las tristes; usted es él único que puede cambiar su lamento en gozo, que la deidad de su espíritu santo traiga paz y seguridad en el nombre de Jesús.