Por: María Elena Carías Garcia
Éxodo 1:15-21
15 Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: 16 Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. 17 Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. 18 Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? 19 Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas. 20 Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. 21 Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias.
Cuantas veces somos confrontadas en nuestra vida diaria por nuestras creencias en Dios o por la forma en que le servimos, algunas veces podremos ser llamadas a hacer cosas que no le agradan a Dios y recibir instrucciones que van en contra de nuestros valores; en esos momentos debemos estar seguras en que no le debemos obediencia a hombres que sienten ningún temor a nuestro Dios y no importa que sean poderosos (como lo era en este caso el Rey de Egipto), nosotras debemos actuar como verdadera hijas de Dios.
Estas dos mujeres se expusieron a una muerte segura, si el Rey se enteraba que no estaban cumpliendo sus indicaciones; al cumplir la orden del Rey, se convertían en asesinas y esto va en contra de lo que nos dicen los mandamientos de Dios; debemos estar claras que toda cosa que los hombres quieren que hagamos, irá generalmente en contra de los preceptos cristianos. Cuando el el Faraón se dio cuenta , les llamó para reclamarles su desobediencia, pero Dios les dio la salida y respondieron sabiamente, algo que convenció a su acusador y no pudo hacerles nada, porque ellas ya contaban con el favor de Dios en sus vidas.
Cuando demostramos temor a Dios, El prospera nuestra vida y bendice nuestras familias; cuando El mira nuestra obediencia y sufrimiento por su causa; no tarda en recompensar nuestras acciones; siempre debemos hacer lo correcto ante los ojos de Dios, aunque a los demás no les agrade, lo importante es quedar bien con El y hacerlo todo para su agrado. Muchas de la bendiciones recibidas, se deben a la gracia que Dios ha depositado en nosotras, no temamos, sigamos adelante y hagamos siempre su voluntad y seremos mujeres en victoria.
Conclusión
Sin duda, la mentira era un pecado, pero Dios sabía también que estas mujeres dijeron esto, como solución a una crisis, insalvable para ellas de otro modo. El Señor premió a estas dos mujeres porque habían preferido obedecer a Dios antes que a Faraón, las bendijo e hizo aumentar sus propias familias. Sifra y Súa arriesgaron sus propias vidas para salvar las de los niños judíos, que estamos nosotras dispuestas a arriesgar, con tal de no desagradar a Dios? |
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Oración
Señor y Padre Celestial, ayúdanos a ser mujeres temerosas de tu nombre, pero no por miedo , sino por amor a tí; que no nos importe ser catalogadas como menos, por hacer tu voluntad; que no importa que expongamos hasta nuestros empleos, por obedecer tus mandamientos; que donde estemos seamos identificadas como hijas de Dios, temerosas de tu Palabra y dispuestas a sacrificar nuestra vida, con tal de hacer tu voluntad.
Gracias Padre, porque sabemos que esto solo lo podremos hacer, si estamos asidas de tu mano; acompáñanos siempre y respalda nuestras acciones. Todo te lo pedimos en el precioso nombre de tu amado hijo Jesucristo. Amen.
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