Meditación Juan 15:1-10
La verdad es una persona y se llama Jesucristo
Por pastora Dorys de Aguilar
Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
La palabra fruto se menciona 6 veces en los primeros diez versículos. De allí la importancia de hacer un alto y descubrir la forma maravillosa en que Dios quiere mi fruto.
- La poda es importante para dar fruto. Sin poda no hay fruto.
- Con esta parábola práctica de la vida diaria, nos da a entender el funcionamiento de la unidad entre el Padre y el Hijo, y como estos hacen que nosotros unidos a ellos demos fruto, toda una simbiosis, una interacción entre los componentes de una cosecha
- Que impresionante… ¡Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado!
- Aquí nos indica que al escuchar la Palabra y creerla, esta nos limpia, nos purifica.
- De allí la importancia de que escuchemos la predicación de la Palabra, y que esta esté llena de las escrituras, de modo que Dio pueda usarla para limpiarnos y purificarnos.
Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.
- La garantía para mi fruto sea bueno es estar asida a Cristo.
- Necesitamos esforzarnos por dominar la vieja naturaleza, de modo que, al perseverar para permanecer en Cristo por medio del amor, la oración, la meditación de la Palabra podamos dar fruto, porque los frutos espirituales solo son factibles en medio de la unidad con Cristo.
- En Gálatas 5:22-23 nos brinda el verdadero fruto en la vida del cristiano (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza).
- Nunca olvidar: ¡Dios quiere que yo lleve fruto! Pero, ¿qué tipo de fruto estoy dando?
- La palabra griega para limpiar es Kathairo, algunos comentaristas dicen que esta limpieza se logra podando la vid con un cuchillo.
- Que no haya duda en nuestros corazones: ¡Dios nos poda!
- No menospreciar el dolor de la poda.
- Así como las uvas se ensucian y los insectos nocivos se pegan a ellas; hay que lavarlas antes que maduren. Así el Señor nos lava con su preciosa sangre y nos sostiene, con el propósito de que llevemos fruto.
“Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
- No hay lugar para los “llaneros solitarios”.
- el consejo bíblico es a caminar en unidad con Cristo; sólo así vamos a dar fruto; si no permanecemos en Cristo, no podemos hacer nada para que glorifique a Dios.
Juan 15:6 El que no permanece en mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen, se arrojan al fuego y se queman.
- El desafío es a perseverar en la verdad y la verdad en una persona: ¡Jesucristo!
- La clase es: “estar en Cristo y llevar fruto”.
- Si Jesucristo no es el centro de nuestras vidas seremos, excluidos y si permanecemos de esa manera nos secaremos, para luego ser cortadas y quemados.
- El enemigo buscará debilitarnos para no permanecer en Cristo; pero si mantenemos nuestra conciencia limpia y siendo honestos con Dios, para no ser cortado.
Juan 15:7 Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, lo que quieran pedir se les concederá.
- Esto es muy importante y debe ser meditado. No sólo es necesario que permanezcamos en Cristo, sino que su Palabra permanezca en nosotros, y para que esto ocurra, debemos meditar en ella frecuentemente para que el Espíritu Santo la use para exhortarnos, guiarnos y enseñarnos.
- Es allí, cuando la palabra hace parte de nosotros, y nosotros de la Palabra, que podemos pedir y nos será concedido.
- Eso sucede porque entonces pediremos conforme a la voluntad de Dios, no para saciar nuestros deseos egoístas, sino para cumplir la voluntad de Dios.
Juan 15:8 Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos.
- No sólo el Hijo puede glorificar al Padre, sino que nosotros también podemos, cuando damos frutos de vida espiritual, como la paciencia, la benignidad, la bondad, el amor, el gozo, la paz y la fe, entonces damos gloria a Dios y mostramos al mundo que somos discípulos dignos de nuestro maestro.
Juan 15:9 “Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
- Que privilegio tan grande el ser enviados.
- No es en mi amor, es en Su amor: mi amor es cambiante; pero Su amo0r es eterno.
Juan 15:10 Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
El amor del que habla la Escritura es más que un sentimiento es un estado de unidad con el Padre y el Hijo por medio de su Espíritu.
Para que podamos obedecer sus mandamientos, así como Cristo demostró que amaba al Padre al obedecerle, así mismo nosotros estamos llamados a demostrar que amamos a Dios, al poner por obra sus mandamientos, solo al hacerlo permaneceremos en su amor. Si los quebrantamos seremos apartados.
La relación entre Juan 15 y la Neuroplasticidad:
- La grandeza y el poder de Dios se manifiesta en toda la creación y la relación del Padre con Su Hijo Jesucristo.
- Aunque la Neuroplasticidad es la respuesta a muchas enfermedades; Jesucristo es la respuesta TODAS LAS ENFERMEDADES. (Isaías 53)
- El avance de la ciencia nos permite tener una mejor calidad de vida; pero Jesucristo nos transforma para darnos una vida y vida en abundancia, Juan 10:10